Cosas sobre psicología…o peor

Jeremias Aisenberg

Basado en hechos de ficción. Nací en Buenos Aires, al encontrar por azar, en la sala de profesores, un blíster de Rivotril sin estrenar. Esas fueros mis primeras ventas. Fuí licenciado por la facultad de Psicología de la U.B.A. en 2006. Rápidamente aprendí a vivir de los problemas de la gente. No conforme con hacerme el gracioso en mi consultorio, comencé a molestar en el mundo literario, pretendiendo que me paguen por eso. Hasta la fecha, fuí más escrito que leído. Obligué a diarios, revistas y redes sociales, a que publiquen mis berrinches. “La Gira” es mi primera novela, no la última.

ALGUNOS TESTEOS CASEROS con gente joven que jamás habían leído un libro, me devolvieron algo así como “Súper divertido, lo entendí y lo terminé”. Es decir que lectores hay, quizás falten escritores o sobre narcisismo. Si no se dice en un registro accesible para la mayoría, solo se entienden ustedes. Lo mismo sucede con la Psicología. La gente quiere hacer terapia, pero no creen en los psicólogos (en la Psicología sí): los increíbles son los profesionales.

Empecé a jugar con la escritura hace un tiempo. A tener algunas intervenciones públicas.. Publiqué artículos en los pocos lugares que conocía, sin conocer a nadie. También escribo libros y otras cosas que todavía no conozco. Hay una misma lógica en diferentes lugares. El consultorio, la literatura, las intervenciones sobre la actualidad, la transmisión de algún saber dicho con mi tonada. 

Me agrego

Me agrego a los que hablan y escuchan a la gente. Me alejo de los dialectos y los cursos pagos para desbloquear niveles. El caso de la literatura, mismo de la psicología, muestra una crítica a la banalización y comercialización de una práctica seria (quizás la diferencia es la misma entre Hipermercado y un kiosquito casi almacén). Prefiero escuchar a la gente y en todo caso ofrecer una alternativa, otro modo, una alternativa más entre tantas, a juntarme con intelectuales envidiosos. Quiero que la gente lea, no que “me” lea. No subestimo a la gente, simplemente no me la creo tanto.

Soy, luego pienso

Soy el efecto de un discurso, el resultado de una cuenta, el mensaje que te vuelve.

Soy el último invitado, el relleno de tu farsa, la sorpresa menos pensada.

Soy el comodín que te incomoda, el Joker de Batman, un impuesto a las ganancias.

Soy un loco que habla tus palabras, una traducción instantánea, esa mosca de planta tan permanente.

Soy la existencia sin pensamiento, soy el hijo de Descarte(s), soy la verdad de esta mentira.

Soy solo, rodeado de muchos otros.

Soy la boca que alimentaste de saber, un agujero feroz, que hoy te muerde sin culpa.

Soy la regla que confirma la excepción, el ejemplo que no se da.

Soy a secas, un sin sentido, una alternativa, un camino, imposible de comprar.

Soy….

 Jeremias Aisenberg

Para finalizar

Desde el momento en que me recibí, hasta la actualidad me dediqué por completo a la atención clínica. Al no pertenecer a ninguna institución o escuela, mi responsabilidad cuesta la libertad que obtengo. La distancia entre el saber académico y el de carne y hueso, provoca graves consecuencias. Confundir conocimiento con saber, deja afuera a los pacientes que si quieren hacer terapia (en castellano) a los quien leer, acerarse a la filosofía. SI LA CUENTAN BIEN, LA HISTORIA NO ES TAN ABURRIDA…